domingo, 27 de mayo de 2007

Leer y escribir: un enfoque comunicativo y constructivista (Paulina Ribera)

Han cambiado de forma substancial los planteamientos relacionados con la primera enseñanza de la lengua escrita, permitiendo la aparición de propuestas innovadoras.
Es imposible comprender, en nuestra sociedad, la adquisición de la lectura y escritura por parte de los niños sin considerar el significado de la alfabetización en la cultura, los niños están familiarizados con el lenguaje escrito antes de que les enseñen a leer y escribir en la escuela. En una sociedad orientada hacia lo impreso independientemente del nivel socioeconómico, usan la lectura y la escritura a diario de diversas maneras, los niños están continuamente interactuando con el significado de los textos escritos. En este ambiente rico en materiales impresos, los niños comienzan a comprender las funciones particulares que la lectura y la escritura tienen en su grupo social, toman conciencia del hecho de que el lenguaje escrito presenta formas diferentes cuando sirve para funciones distintas.
El conocimiento del lenguaje escrito está dentro de un proceso complejo y prolongado en el tiempo, el aprendizaje que el niño ha de hacer para llegar a poseer dicho conocimiento es doble. Por una parte, acceder al código de la escritura, por otra acceder al lenguaje escrito como conjunto de los distintos géneros textuales.
En relación con este doble aprendizaje existen básicamente dos líneas explicativas que conllevan implicaciones distintas en cuanto a los planteamientos didácticos que de ellas se derivan:
a) Considera que conocer el código es una condición para que los niños puedan acceder al conocimiento del lenguaje escrito.
b) Considera que el conocimiento del lenguaje escrito y del código son dos saberes distintos con desarrollos propios y diferentes, para esto se requiere una didáctica adecuada en la cual la enseñanza/aprendizaje se aborde paralelamente. Las posibilidades de interacción entre el aprendizaje del código y del lenguaje escrito son múltiples.
El enfoque comunicativo sitúa el foco de atención en el texto o discurso, reconociéndolo como la unidad real de comunicación, que está constituida por los géneros textuales que usamos en un contexto determinado, con una finalidad, y dirigidos a un destinatario. Esta realidad es ineludible, y por ello, uso en el aula de textos reales, los que utilizamos para relacionarnos socialmente.
Desde esta perspectiva y en relación con el primer aprendizaje de la lengua escrita, defiende el abordaje de la lectura y escritura a partir de contextos en los que aparezca de forma evidente, para los alumnos, el valor funcional de la lengua escrita.

Sobre la lectura
Para ser un lector experto hay que recorrer un largo proceso, fases, las cuales las personas pasamos de necesitar a los otros para comprender el mundo escrito, a ser totalmente autónomos.
La primera fase está constituida por el reconocimiento global de palabras y textos familiares.
En la segunda fase, los niños comprenden la correspondencia entre la cadena escrita y la oral.
En la tercera fase, la lectura es básicamente un reconocimiento global de configuraciones escritas, y sólo tenemos necesidad de descodificar cuando nos encontramos ante palabras desconocidas.
La lectura es comprensión, construcción de una representación mental coherente de lo que se lee. partiendo de la idea de que la lectura tiene como objetivo la comprensión de un texto, incide en la idea de que el código se ha de enseñar en marcos significativos.

Sobre la escritura
Existen determinadas fases en el aprendizaje de la escritura, estas son:
1. La primera fase, el período en el que los niños diferencian ya la escritura del dibujo. Ahora bien, en su intento de representación de la escritura, los niños todavía no llegan a realizar letras convencionales: es la etapa de la escritura indiferenciada.
2. En la segunda fase, utilizan un repertorio variado de grafías convencionales: es la fase de la escritura diferenciada.
3. En la tercera fase, es la fase silábica, los niños establecen relaciones entre sus grafismos y los aspectos sonoros de la palabra, pero es una producción conducida por la segmentación silábica de la palabra.
4. En la cuarta fase silábico-alfabética, los niños se dan cuenta de la existencia de correspondencias intrasilábicas, pero no son capaces de segmentar todos los elementos sonoros de la palabra.
5. En la quinta fase, los niños reconocen una correspondencia alfabética exhaustiva: a cada consonante y vocal de la palabra corresponde una letra. Se encuentran en la etapa alfabética, esto no significa que se trate necesariamente de escritura correcta en cuanto a ortografía, lo cual llegará más adelante.
Los modelos cognitivos de composición del texto señalan la existencia de los procesos implicados en la producción escrita. En primer lugar, la planificación, es decir, la selección y organización de las ideas. En segundo lugar, la elaboración del texto. En tercer lugar, la revisión, implicada no sólo en el escrito final, sino en todo el proceso de producción. Las estrategias implicadas pueden ser desarrolladas desde pequeños, por ejemplo, acostumbrar a los alumnos a pensar previamente el texto a escribir, o, también, a considerar la revisión y corrección de los trabajos como parte habitual del proceso.